OBISPO: ANTE TANTO EROTISMO ES DIFÍCIL RESISTIR
ISAÍN MANDUJANO/APRO
TUXTLA GUTIÉRREZ, Chis., 02 de mayo (apro).- Según el Obispo de San Cristóbal de Las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel, ante tantas escenas eróticas que nos han invadido con la publicidad comercial y ahora le hecho de posar desnudos, se necesita “mucha madurez para rechazar las múltiples incitaciones y mantenerse puros y castos”.
El obispo arremetió una vez más contra los legisladores del Distrito Federal que despenalizaron el aborto durante las primeras doce semanas de embarazo, pues argumentan defienden el Estado de derecho al demandar el laicismo decimonónico pero en realidad de contradicen.
“Se extrañan que llamemos a no obedecer esa ley y dicen defender el Estado de derecho; pero no reconocen al actual Presidente de la República, elegido legítimamente según la ley”, señaló Arizmendi Esquivel.
Explicó que en México hemos caído en lo que el Papa Benedicto XVI calificó como “dictadura del relativismo”, que es regirse sólo por el criterio personal y decidir sin referencia a ninguna ley moral.
“Es lo que algunos tratan de legitimar: que nadie, ni las iglesias, ni Dios, normen la vida personal, la familia, la política, la economía, la cultura, la comunicación. Para ellos, la conciencia es absoluta, sin referencia a ninguna ley sagrada; cada quien rige sus costumbres y decisiones, sin que nadie le pueda objetar o corregir; puede hacer de su cuerpo lo que quiera, aunque sea matar al nuevo ser ya concebido.”, dijo el obispo.
Agregó que esa dictadura del relativismo” es la obsesión de personas, grupos, organizaciones y medios informativos por desmoronar y socavar los cimientos de las instituciones: “Su éxito editorial, político y económico es hacer quedar mal a toda autoridad, empezando por la del hogar. Se ensañan contra cualquier jerarquía, civil y militar, penal y legislativa, eclesiástica y religiosa”.
Indicó que en ese relativismo quieren deshacerse de normas absolutas y se rebelan contra todo lo establecido: “Son como los adolescentes, que quieren hacerse valer prescindiendo de la autoridad paterna, a la que recurren sólo cuando se les acaba el dinero y no saben qué hacer. Entonces, reclaman a sus padres, como si éstos fueron los culpables de sus males”.
Señaló también que en esa dictadura no se acepta ninguna censura y se exige libertad para todo: “para posar desnudos, para decir, cantar, pintar, gritar y ofender, aunque se hieran sentimientos de otros”.
Arizmendi Esquivel precisó que en la publicidad comercial y en muchos programas, lo que importa es vender y obtener placer, aunque se incite al pecado y al libertinaje: “Niños y adolescentes, jóvenes y mayores, al ver tantas escenas eróticas, ¿no se sienten atraídos a experimentar cuanto allí se muestra? Se necesita mucha madurez para rechazar las múltiples incitaciones y mantenerse puros y castos”.
“Se invoca el laicismo, descalificando algunas intervenciones éticas de la jerarquía católica como intromisión indebida de la Iglesia en la política y en la vida ciudadana, ignorando que la fe cristiana no es sólo una práctica religiosa, sino una actitud de vida, una luz que norma decisiones y conductas”, concluyó.
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