Astillero
Julio Hernández López
La Jornada, 13 de octubre del 2008

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Astillas

El frívolo gobernador de Chiapas, Juan Sabines júnior, cree que es posible limpiar manchas de sangre con cañonazos de a cientos de miles de pesos. Luego de la matanza sucedida en la zona arqueológica de Chincultik, se ha dedicado a repartir virtuales limosnas entre familiares y habitantes del lugar donde varios campesinos fueron muertos por policías estatales. Dos días después de esos asesinatos, el pasado domingo 5, Sabines prometió a las viudas que les daría alrededor de 100 mil pesos a título de indemnización y pensiones vitalicias de 10 mil pesos mensuales (en un lugar donde los campesinos no ganan ni siquiera 2 mil al mes).
Con ello dividió a la comunidad, pues una parte desea aceptar lo que el gobierno les ofrece y otra demanda castigo real para los policías asesinos y sus jefes, sobre todo los del más alto nivel (no sólo en términos de chivos expiatorios, como hasta ahora, con un director de la policía destituido y unos agentes rasos procesados).
Las maniobras del góber dadivoso han llegado, como es natural, al ámbito de muchos medios de información a los que se ha impuesto la línea de no tocar más el asunto, a no ser conforme a lo que se establece mediante boletines oficiales de prensa. De lo que se trata es de usar todo el dinero público que sea necesario para dejar impunes a los responsables del desalojo sangriento, sin orden judicial, cometido en la zona arqueológica mencionada..