Unos mil labriegos de la Organización Campesina Emiliano Zapata-Casa del Pueblo de Venustiano Carranza (OCEZ), condenaron la muerte de los seis campesinos de la comunidad miguel Hidalgo el pasado 3 de octubre, por lo que exigieron se investigue “sin chivos expiatorios” y se castigue a los responsables de los hechos sangrientos.
Pero sobre todo demandaron al gobierno estatal, no desproteger a las mujeres y niños que perdieron el sostén del hogar en el marco de este acto represivo, donde se privilegió la violencia antes que la negociación.
En la cabecera municipal de Venustiano Carranza, el lunes unos mil campesinos de la OCEZ-Casa del Pueblo, marcharon para recordar la masacre en una emboscada de nueve de sus compañeros, perpetrada el 6 de octubre de 1984 a manos de un grupo de guardias blancas ahora denominados Alianza San Bartolomé de Los Llanos.

La marcha que empezó en el panteón municipal donde dejaron ofrendas florales concluyó con un mitin en el parque central de ese poblado donde antaño varios caciques lo mantuvieron bajo control férreo.
“En más de 30 años de lucha llevamos más de 40 compañeros muertos y tres desaparecidos, de quienes hasta hoy no sabemos nada. Hoy recordamos a los nueves que nos mataron hace 24 años y sabemos lo doloroso que son esas muertes, que nos han provocado los guardias blancas, pistoleros de caciques, policías estatales, municipale, federal y hasta el Ejército Mexicano como en 1974”, dijo Natividad Vázquez, uno de los oradores en el mitin.
“Por eso ahora que nos llega la noticia de la muerte de seis campesinos en Miguel Hidalgo municipio de La Trinitaria, nos duele como si fueran nuestros compañeros de la OCEZ, es triste saber que en Chiapas se tiene que dar la vida por la tierra, por defender nuestros derechos y nuestro territorio, es un acto que reprobamos y condenamos”, agregó.
Natividad Vázquez demandó al gobierno no encubrir estas muerte como las decenas de muertes que lleva su organización donde nadie está en prisión pagando por ellas, sin embargo cuando otros mueren, recurren a los miembros de la OCEZ como chivos expiatorios.
Y puso como ejemplo a sus compañeros José Arnulfo Díaz Vázquez, Ángel Hidalgo Espinosa, Enrique, Alberto de Jesús y Mario de apellidos Coutiño Morales, presos en el penal de El Amate, acusados de la muerte de ocho campesinos priístas en abril del 2001.
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