EL COMPA CHEMA

Miguel Ángel de los Santos Cruz

La noticia se extendió rápidamente. Detuvieron a Chema. Era para sorprenderse dado que hace todavía algunas semanas había encabezado una huelga de hambre para hacer escuchar sus demandas agrarias. Según se supo, sus demandas fueron atendidas, levantó su movimiento y hasta expresó satisfacción por la atención que el gobierno del Estado le brindó en la atención de sus planteamientos.

También se supo que su organización había firmado el Acuerdo de gobernabilidad, un documento que establece la búsqueda de los canales institucionales para la atención de planteamientos políticos o sociales, antes que llevar a cabo manifestaciones públicas. Es decir, limita el ejercicio del derecho a la libertad de manifestación de las ideas y de reunión al marco institucional. En otras palabras, el derecho se convierte en objeto de una operación contractual en que el titular acepta no ejercer el derecho o ejercerlo sin afectar la imagen de lo que se pretende sea una entidad pacífica, cuyo gobierno atiende las necesidades sociales y por ello la sociedad se mantiene en calma.

Sin embargo, la detención del compa Chema, como también se le conoce, resulta, por ello, incomprensible y solo podría entenderse en el marco de los pronunciamientos oficiales que sugieren que existen organizaciones que preparan acciones políticas fuertes para el próximo año 2010. El Secretario de Gobierno fue quien primero alzó la voz en ese sentido para descalificar a quienes, según él, promueven la violencia para hacer escuchar sus reclamos. El propio Gobernador, añadiría que las organizaciones sociales que luchan bajo mecanismos pacíficos son bien recibidas, pero no aquellas que lo hacen por medios violentos.

La forma en que se dio la detención de Chema revela la arbitrariedad e ilegalidad con que se puede actuar cuando existe interés político por encarcelar a una persona. Hace dos meses no había interés, de lo contrario habría sido detenido mientras realizaba su movimiento en la ciudad de San Cristóbal. Tampoco puede pensarse la detención del compa Chema únicamente como el cumplimiento de la determinación de una autoridad jurisdiccional. De ser así, todas esas supuestas órdenes de aprehensión que existen en su contra desde tiempo atrás se habrían hecho efectivas en su oportunidad.

La detención arbitraria de chema, revela, una vez más, el abuso de la policía y su desprecio por el cumplimiento de las disposiciones constitucionales e internacionales que limitan su intervención y le exigen respetar los derechos humanos. Son justamente estas acciones de policía las que reducen las disposiciones sobre derechos humanos a meros adornos de la Constitución y de los discursos oficiales.

Por otra parte, desde la perspectiva política tampoco se alcanza a comprender la detención del compa Chema. El gobierno del Estado ha dado suficientes muestras de que le preocupa la imagen pública que se genera a partir de detenciones que causan impacto social. En el caso de los indígenas detenidos en Agua Azul se les puso en libertad después de una serie de pronunciamientos que tuvieron resonancia nacional e internacional. Lo mismo sucedió con Mariano Abarca, el dirigente del movimiento contra las minas en Chiapas, quien fue liberado después de una semana de permanecer bajo arraigo. Como consecuencia de la presión política también terminó siendo puesto en libertad Carlos Bertoni.

En el caso del compa Chema, todo parece indicar que las presiones políticas provendrán principalmente de las organizaciones sociales, y las mismas se van a traducir, como ya estamos viendo algunas, en marchas, plantones, huelgas y pronunciamientos públicos. Justamente aquello que se he buscado evitar se promueve con la detención de Chema, quien, por cierto, cuenta con las tablas y paciencia suficiente para esperar tranquilamente a que le abran las puertas de la cárcel, como ya otras veces lo han hecho.

De modo que la detención del luchador histórico por las causas agrarias y sociales, más parece un autogol político, que un mérito de la justicia. Su detención no resuelve ninguna situación, ningún problema, pero en cambio, sí que los está generando.