MARTES 26 DE ENERO DE 2010

Aclaraciones sobre el desalojo del 21 de enero de 2010 en las comunidades de El Suspiro y San Pedro

Reportan a dos mujeres desaparecidas

Me dirijo desesperadamente a las personas capaces de entender la tragedia de los comuneros indígenas de la Selva Lacandona.

Me encuentro en este momento en las inmediaciones de la selva. El día de hoy, 26 de enero de 2010, hice una visita a un amigo del ejido Cintalapa y encontré a un joven de la comunidad El Jardín, quien me pidió que por favor denunciara la trágica situación de las familias desalojadas en El Suspiro, población también conocida como "El semental".

Considero pertinente mencionar, como antecedente, que El Suspiro es un asentamiento construido alrededor de 1995 por cuatro familias tzeltales (alrededor de 25 personas). Ante la negativa del gobierno a continuar con el reparto agrario en una región donde la demanda de tierras es muy alta, las familias desposeídas se han visto en la necesidad de adentrarse en la Reserva de la Biósfera de Montes Azules (REBMA), como única posibilidad de subsistencia.

El gobierno no ha mostrado ninguna disposición a dialogar con los campesinos acerca de su situación, por el contrario, históricamente ha hecho de los caribes sus interlocutores privilegiados (situación que abordaré en otro momento). A petición de los caribes de Nueva Palestina, y sin ningún aviso previo, la comunidad de El suspiro, ubicada en la parte más oriental de la REBMA, sufrió un desalojo policíaco-militar el jueves 21 de enero alrededor de las 12:00 PM. De acuerdo con los testigos, alrededor de 600 elementos de la Agencia Federal de Investigación (AFI) y quince helicópteros arribaron sorpresivamente a la comunidad.

Los policías quemaron las casas y las pertenencias de los campesinos y las familias huyeron hacia el monte, para evitar ser arrestadas. Los militares vigilaron la realización del operativo, al parecer sin intervenir. A consecuencia de estos hechos, cuatro mujeres se encuentran DESAPARECIDAS. Dos de ellas dejaron a sus bebés abandonados, lo que ha despertado la sospecha de que pudieron haber sido secuestradas por la AFI. Sus familiares exigen su presentación inmediata.

De las cuatro familias desalojadas, sólo se ha podido establecer contacto con una, que se ha refugiado en el monte. A contrapelo de lo anunciado por las fuentes gubernamentales, el operativo NO FUE PACÍFICO y las familias NO HAN SIDO REUBICADAS.

En las palabras del consternado joven que ayuda a los desalojados: "nuestros hermanos están sufriendo mucho y en asamblea de mi comunidad decidimos apoyarlos por razones humanitarias. Ellos no tienen comida, por lo que les vamos a comprar despensa. Los bebés están allá en el monte, se los están comiendo los zancudos. Es una injusticia, porque nuestros hermanos ya habían invertido mucho trabajo en la tierra y los echaron así, sin darles ninguna solución".

Mi amigo Manuel, fundador de Cintalapa, con la erudición y la lucidez que lo caracteriza, me pide que hable del terror en que viven todos los pobladores de la selva ante la posibilidad de ser desalojados:

"Nosotros vemos estos desalojos con mucho temor, porque sabemos que el gobierno primero se va a lanzar contra las comunidades que no están legalizadas, pero en cuanto acaben con ellos seguimos los ejidatarios legalmente establecidos. Nosotros somos los descendientes originarios de los migrantes de África y Asia que cruzaron hacia América. Estas tierras nos pertenecen por derecho, no nos pueden sacar de ellas. El gobierno siempre nos ha querido aplastar y nosotros estamos muy aislados, por lo que pedimos a la gente de fuera que por favor nos ayude".

Una de las principales peticiones de los comuneros es que por favor los vayan a ver, abogados, defensores de derechos humanos, observadores. Requieren urgentemente que alguien vaya a la comunidad de El Jardín, para conocer de primera fuente la situación de las familias desalojadas de El Suspiro. Dado que entre ellas no han podido comunicarse (huelga decir que en la selva no hay teléfonos fijos, celulares, internet, etc.), es posible que las cuatro mujeres desaparecidas hayan sido llevadas a declarar a Comitán, pero hasta el momento se ignora su situación.

Las comunidades de la selva viven en un aislamiento brutal y cualquiera que haya venido a estas tierras conoce el pésimo estado del transporte y las comunicaciones hacia las cañadas -una de las principales armas del gobierno para mantener la problemática campesina al margen de los debates de la esfera pública-, pero suplico a cualquier oído sensible y solidario que, de tener las posibilidades físicas y materiales para apoyar a las familias desalojadas, contacten a la gente del ejido del El Jardín o al menos ayuden a difundir esta información.

Me pueden escribir a nepantla74@gmail.com para información de contacto.

http://noticiasdelacandonia.blogspot.com/