El delegado de la SEMARNAT Ramón Eduardo Rosado Flores fue acusado de hostigamiento sexual y venta de plazas, pero nunca procedió la denuncia. Sin embargo, el citado delegado contrademandó por el presunto delito de contra la dignidad de las personas" y ahora sus víctimas son perseguidas por policías de la PGJE del gobierno de Chiapas


Trabajadores de la delegación en Chiapas de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), pidieron al titular de esa oficina, Juan Rafael Elvira Quezada, destituya y se ha inhabilitado como servidor público, el hasta ahora delegado estatal Ramón Eduardo Rosado Flores, luego de ser señalado como presunto responsable de “hostigamiento sexual y venta de plazas”.

Al vencer el plazo de sus vacaciones y “dos incapacidades médicas” que solicitó para ausentarse del cargo desde el 12 de abril pasado, será el lunes 24 de mayo cuando Rosado Flores retomé su cargo, pero los trabajadores de la dependencia amenazaron que no dejarán que lo haga y que podrían parar labores y tomar las oficinas.

Trabajadores de bases de la Semarnat explicaron que, en un segundo periodo como titular de la delegación estatal en Chiapas, sembró por varios meses el acoso sexual en contra de varias mujeres de la delegación, pero sólo una de ellas se atrevió a demandarlo luego de que se negara a acceder a su pretensiones.

Bárbara Garduño de los Santos, una madre soltera de un niño de 11 años de edad, narró a éste reportero el sufrimiento que padeció desde que en mayo del 2009 cuando Rosado Flores retomó el cargo que en una primera ocasión ya había tenido, de abril del 2007 a junio del 2008. En ese periodo de ausencia, de junio del 2008 a mayo del 2009 estuvo como delegado en Cancún, Quintana Roo.

Garduño de los Santos presentó una denuncia ante la Fiscalía Especializada en Protección a los Derechos de la Mujer en abril pasado y de igual forma envió un escrito dirigido al titular de la Semarnat y otro que entregó personalmente el Oficial Mayor de la dependencia, Jorge López Vergara. Incluso su caso llegó hasta el Instituto Nacional de la Mujer.

En el acta administrativa 1096/DEDSYVF2/2010, la joven mujer dijo que desde que llegó Rosado Flores al cargo inició una sucesiva situación de acoso sexual hacia su persona, de propuestas indecorosas, de invitaciones a salir a cenar, a comisiones de trabajo solos fuera de la capital, mensajes por teléfono, llamadas a su celular hasta en las madrugadas.

La funcionario federal que trabaja como jefa del Departamento de Recursos Materiales de la delegación de la Semarnat, indicó que Rosado Flores no era su jefe inmediato, pues ella dependía directamente de un subdelegado, pero hacía todo lo posible por siempre ocuparla en cuestiones aptas para su secretaría particular.

Indicó que en al menos dos ocasiones aceptó salir en comisión de trabajo con el delegado estatal, pero en que en ambas ocasiones Rosado Flores la hostigo para salir a cenar o “tomar un vinito”, pero se encerraba en su cuarto del hotel y fingía enfermarse por el viaje.

Explicó que el acoso sexual pasaba al acoso laboral, cuando él cada mes le hacía firmar su renuncia. Le mandaba a quitar sus herramientas de trabajo como computadoras o impresoras.

Narró que el acoso fue tal que le ha afectado sicológicamente, sus compañeros de trabajo le dieron valor y la animaron a interponer una denuncia en contra de Rosado Flores.

A la denuncia de la madre soltera, se unió el de otro joven trabajador de nombre Martín Francisco Martín Gómez, quien denunció acoso laboral por haber protestado ante el delegado por la venta de plaza.

Martín Gómez, encargado regional de la Semarnat en la zona costa, denunció por su parte al delegado por el delito de venta de plazas, ya que el funcionario intentó obligarlo a pagarle una alta cantidad de dinero a cambio de “conseguirle una plaza”.

El servidor público explicó también en denuncia presentada ante el órgano de Control Interno de la Semarnat, que al negarse a otorgarle el pago y ganar la plaza mediante el sistema concurso, el delegado lo amenazó.

El acoso laboral se extendió a otros trabajadores de la dependencia, quienes pidieron a la Contraloría Interna una investigación y auditoria. Ante esta situación en abril pasado el delegado pidió “vacaciones” y posteriormente dos permisos por “incapacidad”, mismos que se vencen el lunes 24.

Sin embargo, según relataron los afectados, el pasado martes 18 un grupo de policías de la Procuraduría General de Justicia del gobierno de Chiapas, arribaron a las oficinas de la dependencia e intentar detener a Bárbara Garduño y Martín Francisco.

Los policías les explicaron que Ramón Rosado los demandó por “delitos contra la dignidad de las personas”, y por tanto intentaron llevarlos presos, a lo que los agraviados se opusieron. “Esta situación además de ser una estrategia del delegado por intimidarnos, viola la ley estatal ya que dicho delito se dirime en el ámbito civil y no penal”, explicó Garduño.

“Yo me siento totalmente desprotegida, tarde años en atreverme a denunciar el acoso que estaba sufriendo, y ahora sucede que la demanda soy yo y que me tengo que estar escondiendo a pesar de que yo soy la víctima”, señaló la servidora pública, quien tuvo que interponer un amparo ante una eventual detención.

La mujer pidió a los gobiernos estatal y federal intervengan en el caso dictaminen en torno a la denuncias presentadas contra el funcionario.

“En contra de mi persona han pasado del hostigamiento sexual al hostigamiento judicial y de víctima ahora pretenden hacerme victimaria, me persigue la policía como si fuera una delincuente y me siento desprotegida por lo que tuve que solicitar un amparo ante un juez federal”, concluyó.

Rosado Flores podría regresar el lunes 24 de mayo a su cargo, pero oficialmente la SEMARNAT ha guardado silencio del caso.

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